Ricardo Caballer - Fuegos Artificiales Villaviciosa de Odón 2014

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Creado en Domingo, 21 Septiembre 2014 10:35

Escrito por Daniel Pérez - dpm_17 @ pirofan.com

El pasado sábado 20 de Septiembre, Villaviciosa de Odón fue el escenario del "macro" castillo de fuegos artificiales que abre las fiestas de este pueblo de la Comunidad de Madrid. La empresa encargada de poner el color a la noche festiva fue la valenciana Ricardo Caballer RICASA, como en ediciones anteriores.

La pólvora de Villaviciosa de Odón

Curioso el nombre que entre la gente tienen este espectáculo, "la pólvora" de Villaviciosa de Odón. Así se conoce el ya tradicional castillo de fuegos artificiales, considerado el más grande de la Comunidad de Madrid, y de los más grandes de España que se lanza en este lugar el primer día de fiestas. Una responsabilidad que nuevamente ha recaído en la firma Ricardo Caballer RICASA.

Un lugar magnífico para disparar un macro espectáculo de este calibre, amplio y sin edificaciones, en mitad del campo  y en el que el público no tiene problemas de capacidad, pero a las afueras de Villaviciosa de Odón. La desventaja de tener que caminar unos metros más, se compensa con el resultado de disfrutar de un disparo que otros emplazamientos no permiten. Un frente de disparo de más de 100 metros.

Pasadas las 9 de la noche, el pueblo comienza a llenarse de vehículos llegados de diversos lugares para así poder deleitarse con la gran noche de fuegos artificiales, también llamada "la pólvora" como ya he mencionado. Algunos realmente preparados, cargados con sus sillitas de campo para que la espera se haga mas cómoda. Llega el momento, las 12 de la noche, con puntualidad el cielo se viste de color durante más de 20 minutos. El resultado... espectacular. Entre el público se comenta ha sido de los mejores castillos en los últimos años.

Ritmo Intenso con final de Lujo

El espectáculo que RICASA ofreció el pasado sábado a los vecinos de Villaviciosa de Odón y a cuantos se acercaron a verlo destacó por una contínua sucesión de secciones, perfectamente estructurada en las que contruyó fachadas con varias alturas perfectamente marcadas. La parte más baja la llenó con geometrías perfectas a base de candelas y monotiros. En otros instantes fueron las cajas automáticas en abanicos las que lograron dar densidad a esa zona del lienzo pirotécnico formando un friso.

Los fuegos comenzaron con 4 pasadas digitales en varios efectos, siendo pequeños conjuntos independientes y marcados los finales de éstos con golpes de truenos. Este pequeño aperitivo del castillo hizo entrar ya en calor al público.  

Un ritmo de disparo intenso y animado a lo largo de todo el espectáculo, demostró esa fuerza que marca al estilo RICASA. Aunque también hubo momentos de "receso", en los que el ritmo daba un pequeño respiro y servían a su vez para intentar limpiar el humo acumulado. Las hojas de caída lenta, las ruedas de doble subida, o las guirnaldas y paracaídas y el goteo de carcasas de lujo, fueron algunos de estos instantes que Ricardo Caballer Cardo colocó estratégicamente a lo largo de su fuego. Cada conjunto estaba bien definido y generalmente formado por 2 fases, la segunda de ellas con mayor ritmo de lanzamiento.

Una primera sección, tras los arranques digitales, fue más ruidosa con acompañamiento de truenos desde cajas en abanico, dio paso a la elegancia y lenta caída de los relámpagos de colores y las hojas que caen. También ofreció algunas secuencias de fuego digitalizado con inclinaciones novedosas formando cruzados en el centro. Entre otros efectos que se vieron esa noche tendríamos el sauce con punta intermitente blanco o sencillamente lágrima blanca en la segunda fase del mismo conjunto, la sección de carcasas fantasmas en verde y rojo, la de multicolores y crossettes, gran variedad de geométricas ...

Una de las composiciones que me llamó la atención fue la de copo blanco, puesto que cambió en la segunda fase del mismo conjunto a lentejuela blanca (algunas carcasas con punta roja a juego con una primera altura de baterías en rojo). Se vieron también curiosas carcasas de centro rojo con punta blanca cruzadas acompañadas con abanicos de pequeñas cartetas en verde y rojo. Las majestuosas rudeas de doble subida en lentejuela amarila hicieron de base a la sección de lentejuela amarilla con punta azul, acompañada con candelas y carcasitas. Continuaron las conocidas farfallas con centro del mismo efecto y punta azul también.

Entre los últimos conjuntos ofreció el de intermitentes fucsia y blanco, el de cracker y huevo de dragón. El último fue el apoteósico kamuro, que primero tenía punta o centro fucsia (en la primera parte de la sección) y luego fue con centro en intermitente rojo o multicolor. Fue uno de los instantes más espectaculares del castillo y que recibió un gran aplauso.

Tras la última secuencia de fuego digital ultrarápido, los paracaídas y el goteo de piezas de lujo entraron de forma evidente los prefinales, cargadísimos de acompañamiento desde cajas, en multicolor y con ritmo apuntalado con truenos. Pero el momento más sorprendente de la noche llegó al fundirse ese multicolor en lentejuela amarilla, llenando todas las alturas de dorado (hasta las serpentinas), magnífico. Lo mantuvo creciendo durante más de 30 segundos con un apoteósico bombardeo de carcasas de este efecto. Aquí arrancó el potentísimo bombardeo de truenos pasando en ese momento el protagonismo al ruido, pero nuevamente volvió a llenar el cielo en lentejuela a la vez que el bombardeo aumentaba su potencia. Un cierre elegante que sorprendió al público de Villaviciosa de Odón y que agradeció con un gran aplauso.

Agradecimientos:

Pirotecnia Ricardo Caballer

A continuación video del espectáculo y galería fotográfica.

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