Pirofantasía - Mascletá Fallas 2011

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Detalles: Creado en Domingo, 13 Marzo 2011 19:00; Escrito por Manuel Montes - Manuel5cc @ pirofan.com

El montaje de la mascletá de Pirofantasía comenzó muy temprano, como es habitual en este tipo de espectáculos. Para montar esa enorme cantidad de material (cantidad que queda patente en el disparo), hacen falta muchas horas y muchos operarios. Todos arrimaron hombro a primera hora de la mañana, y a eso de las 9, ya se veía claramente cual sería la estructura de la mascletá. El terremoto estaba colocado sobre las estructuras, a falta de darle los últimos retoques, y los cuerpos colgaban a media altura para que los operarios pudieran terminar su labor.

Pero no es este todo el trabajo que supone una mascletá. Sería casi imposible terminar todo ese trabajo habiéndolo empezado desde cero sobre el terreno, por ello la mayoría del trabajo se realiza en la fábrica, y se transporta todo al lugar donde se termina de montar. Un ejemplo de ello son los truenos digitales que ya vimos, que llegan preparados y conectados. (En la imagen vemos al equipo de Pirofantasía que hizo posible el disparo del día 13 de Marzo de 2011, capitaneados por Carlos Caballer (hijo))

Vista 360º del montaje de la mascletá de Pirofantasía Carlos Caballer

Aprovechando el espacio

No es habitual ver terremotos a varias alturas en todas las mascletás. Cuando se trata de truenos digitales o de efectos de color, tal vez podemos achacarlo a un sentido estético, que aporta belleza, orden… En el caso del terremoto, no tiene otro sentido que aprovechar el espacio. Al colocarlo a varias alturas, permite que se puedan disponer varias tandas de artificios, y por tanto, dar mayor potencia y sonoridad.

Carlos Caballer Ramírez dedicó la mascletá a su padre y a su hijo Carlos Caballer Roselló, presente y futuro de la firma Pirofantasía y autor principal de la mascletá que sorprendió y emocionó al público un 13 de Marzo de 2011.

Pirofantasía sorpende al público con una demostración de potencia y control

Llegó el momento esperado por todos, el momento en el que las falleras dan la orden de fuego. Tras el trueno de aviso y la traca valenciana entraron los comienzos aéreos. Primero usó descargas de truenillo rojos y truenos desde candelas rematándolo con rotaciones perimetrales de truenos digitales y una descarga en cortina (en el extremo norte o zona de la Falla) de roncadoras y truenillos apuntalada con una nueva rotación. En el segundo principio metió pitos con mas descarga de truenillos y un lento goteo de truenos. Para cerrar utilizó varias salidas sucesivas de roncadoras y truenillos, a un ritmo mayor. Y Tras ellas una infernal descarga de este mismo efecto (desde turbocandelas) coronado con truenos de aviso que hicieron de marcaje para decir que el inicio había terminado.

El cuerpo comenzó muy suave, con pequeñas secciones de traca y algún trueno acompañado por humos de colores y cracker. Poco a poco fue ganando intensidad, con un fuego bien cuidado y nutrido. Los acompañamientos también fueron creciendo, de tal forma que antes de entrar al terremoto, aquello tenía una fuerza impresionante y es que el terremoto que tenía preparado lo merecía. Éste estaba montado a 3 alturas sobre estructuras como las usadas en la sustentación de iluminación en espectáculos, y fue encendido a mano por José Luis Matoses y Kiko. Cada pasada del potentísimo terremoto incorporaba una descarga de color haciendo de éste un verdadero espectáculo visual a la vez que sonoro.

Pasó el fuego al aire con descargas de roncadoras y truenillos desde candelería, por todo el perímetro del recinto a las que siguieron los truenos también por toda la plaza. Tras este momento,surgió una incesante descarga de efectos sonoros y rodadas de truenos perimetrales que aumentaron de velocidad y que acompañó también con rotaciones de meteoros rojos. El cierre final, que venía perfectamente ligado, lo hizo de nuevo con una descarga en cortina perimetral con sus famosas turbocandelas de roncadoras con trueno y apuntalado con truenos digitales. Lo anterior actuó perfectamente secuenciado gracias al equipo de disparo Pirodigit. Primero la descarga sonora seguida de un primer latigazo de truenos terrestres, explosión de los truenillos de la descarga en el aire y otro latigazo terrestre, todo ello en décimas de segundo. Posteriormente el fuego subió de nuevo al aire con un certero cierre de truenos, demostrando el control absoluto que tienen sobre su producto estrella. La candela romana.